Jornada electoral en nuestra provincia, tranquila, con buen clima y bastante sol . Con fulgurante camisa roja y cabulera, Juan Schiaretti llamó a votar sin miedo. Se trató de una clara respuesta a todos los que decían que votarían las listas libertarias en todo el país por miedo al regreso del kirchnerismo.
Y si eso fuera realmente fuera así, se llevaría puesta a Provincias Unidas, creada para que la grieta se haga menor. Después apareció un huracán de bocas de urna, muchas de ellas verídicas y otras producto de operaciones que iban desde lo casi imperceptible hasta burdas maniobras. Cada cual hizo su juego durante todo el día.
La conclusión fue una sola: el partido que ganaba le sacaba una ventaja de entre cuatro y ocho puntos al segundo. Y el tercero conseguía unos 15 puntos.
De tal manera, el repartdo de bancas sería 4-4-1, aunque otros más osados vaticinan un 5-3-1. Cerca del tercero amagaban con estos números: 4-3-2.
Cielo celeste en la tardecita cordobesa, aunque en mi barrio se está poniendo liláceo.


Deja un comentario